¿Nos gusta hablar en público?

Segunda clase y avanzando, pero la pregunta es: ¿Nos gusta hablar en público? ¿Nos sentimos cómodos? Parece mentira que vayamos a ser profesores y a veces temamos a hablar ante otras personas. Puede ser inseguridad, vergüenza u otro tipo de circunstancia la que haga que esto suceda. Otros pensarán que depende del público, pues quizás nos resulte más fácil hablar delante de niños de entre 6 y 11 años que de un público de mayor edad.

Por todo lo dicho anteriormente, hoy la clase se ha basado en explicar distintas pautas y "trucos" a seguir en una presentación. Esto nos ayuda a la hora de la exposición del trabajo de la asignatura (también explicado más a fondo hoy) y para un futuro a la hora de una presentación en público o similar. Interesante el simil de la profesora comparando la visita a una casa con las principales etapas de esta presentación de la que hablo.

Por otra parte, la comunicación no verbal. Muchas veces es más importante el cómo que el qué, ¿qué quiere decir esto? Cuando hablamos, no solo existe la comunicación verbal (lo que queremos transmitir) sino todos aquellos gestos que lo acompañan (comunicación no verbal). Esto nos debe resultar interesante debido a que en un futuro trabajaremos con niños, y estos se encuentran en una edad en la que actúan por mera imitación, con lo cual debemos controlar todos estos gestos o similar y ser capaces de desarrollarlos de una manera óptima para que nuestros alumnos, también en un futuro, sean buenos oradores ante cualquier público.

Y por último, y, como reflexión final: ¿Creéis que alumnos de entre 6 y 11 años son capaces de estar tres horas (como mínimo) sentados atendiendo a una clase? Hoy hemos demostrado que ni nosotros podemos estar una hora quietos sin poder movernos de una silla que está continuamente ante una mesa. Los alumnos de primaria se encuentran en una etapa muy activa donde por supuesto que es importante que aprendan y presten atención a las clases, pero ante todo no hay que olvidar que son niños, que lo que hay que generar es una clase activa y acabar con la monotonía para que nos resulte más amena tanto a docente como alumno y sobre todo darles un descanso para que puedan ser capaces de retomar la clase y entender las cosas mucho mejor. Más de un compañero de los que han hecho prácticas ha mencionado que sin duda alguna, no tenían comparación la primera clase y la de después del recreo con el resto de horas.

Por lo tanto, me parece una gran idea el realizar una acción cada 15 min que nos mantenga, al menos por unos segundos la mente despejada, ya sea saltando, subiéndonos encima de la mesa o escondiéndonos debajo de ésta. Sin duda una clase de mucho provecho. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario